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domingo, 23 de octubre de 2016

El morador del umbral


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Esta instrucción estará destinada a un tema poco comprendido por los estudiantes: el “habitante del umbral”, también llamado por los antiguos ‘morador’ o ‘guardián’ del umbral.
Poco ha sido escrito sobre este tópico, y lo poco que fue escrito deja muchos espacios vacíos del conocimiento sin completar, por lo cual ahora daremos algunas señales de comprensión a cerca de este punto. Veréis que es posible vincular esta instrucción con otras que han sido ya transmitidas anteriormente por esta vía de contacto, de la misma serie “A los Estudiantes” que de a poco se están entregando.
En transmisiones anteriores se instruyó sobre el desarrollo escalonado y por pasos delprincipio astral y del principio mental en el hombre. Se dieron ciertas pautas claras que no se habían expresado anteriormente por ningún otro medio, y se explicaron también algunos temas relacionados al “Cuerpo Causal” y al “Cuerpo de Luz” (ó Cuerpo Búdico ó Solar) que tejiéndose está en algunos discípulos del mundo. En esas transmisiones se dieron pautas claras, aunando enseñanzas esparcidas por el mundo y se entretejieron con esos conocimientos nuevas luces para el aprendizaje. El buen estudiante sabrá ver bien esto.
Debe ser bien entendida la anatomía oculta humana, al menos mediante el estudio claro y preciso por más de una fuente, si se quieren capitalizar bien las enseñanzas que en estos fascículos se vierten.
El estudio por diferentes fuentes es importante, por que ninguna rama en particular del conocimiento esotérico que existe en el mundo, posee toda la verdad, y ninguna está exenta de errores. En todas las ramas del conocimiento y del saber, especialmente en el área espiritual y esotérica, siempre se han filtrado imperfecciones, “coloreos” de la personal interpretación de los significados puros, los cuales al entrar al campo del intelecto humano adquiriendo forma en palabras y símbolos, pierden en algún grado la pureza de su arquetipo original. Es por este motivo, en razón de la imposibilidad del hombre actual de precipitar en forma pura el conocimiento oculto, que sugerimos y dirigimos a los estudiantes a investigar las verdades plasmadas en las ramas científica, filosófica y esotérica, en forma ‘abierta’, por que las “esencias” arquetípicas originales vibran en parte en muchas escuelas del saber, pero en ninguna escuela en particular se encuentra en forma completa, pura y sin errores.
Cuando el estudiante está abierto y es penetrante y agudo, sabiendo “leer entre líneas”, puede ver detrás de las apariencias y descubrir la verdadera esencia pura inmanente a las formas. Así es como puede empezar a relacionarse en forma directa con la verdad, dejando de lado las “banderas” y “partidismos”, es decir, las tendencias o preferencias personales por ‘tal o cual’ doctrina, en aras del saber real, impersonal y trascendente. Este es, por cierto, o debería ser, el espíritu real del “estudiante”.
Una vez que están claros los significados acerca de “el hombre y sus cuerpos” (principios constitutivos) y sobre qué es la evolución y cómo procede, recién allí pueden anclar nuevos conocimientos complementarios. Tal es el propósito de estos escritos. Es por ello que se recomienda, a quien no haya comenzado su estudio por “las bases” esotéricas (teosofía o gnosis tradicional), que lo haga, antes de proseguir con la lectura y estudio de estos escritos, por que de no tener una base sólida no podrá aprovechar bien todo lo que aquí se está entregando.
Ahora bien, ya aclarados estos puntos, proseguimos con el tema que nos ocupa:
¿Qué es el ‘habitante del umbral’?
¿Existe realmente tal entidad?
¿Cómo ha sido creada…? ¿Cómo y cuando llega a su fin?

Preguntas son estas que serán respondidas, en clave o en esencia, a medida que transcurra esta transmisión. Para el desarrollo comenzaremos con el siguiente concepto:

“La evolución del hombre es el camino de la mónada humana
por los espacios de mundos materiales-temporales”.

Este concepto debe ser bien entendido. La Mónada, el verdadero “peregrino”, viaja hacia mundos inferiores respecto de su propio plano, para peregrinar en dichas dimensiones materiales de espacio-tiempo.
¿Por qué y para qué lo hace?
Por que la Mónada ó Chispa espiritual está en evolución y posee en su propia esencia el impulso hacia el progreso. Las mónadas son chispas solares del Gran Fuego del Logos Solar. El Logos emana de su propia Fuente “semillas” de vida, las cuales necesitan encontrar las condiciones propicias para su brote, crecimiento y florecimiento.
Las mónadas salen de la Fuente Solar como “semillas”, pero deberán convertirse, con la evolución, en frondosos árboles llenos de vida y cargados de frutos. Este tipo de simbolismo clásico es frecuentemente empleado para ayudar a comprender este tema.
La Mónada atraviesa por diferentes reinos de vida antes de convertirse en mónada humana, y esto es bien conocido por los estudiantes versados; es por ello que se suele hablar de “mónada mineral”, “mónada vegetal”, “mónada animal” y “mónada humana”, señalando de esta manera las diferentes etapas evolutivas que la Chispa Solar atraviesa en su camino, que va desde su condición inicial como “semilla”, hasta su condición desarrollada de “árbol”; es decir, desde su inicio como chispa incipiente e inconsciente hasta el desarrollo de la autoconsciencia transcendente.
Es importante que el estudiante reflexione sobre estos conceptos, por que detrás de las palabras empleadas se encierra una verdad que es básica e importante para cualquier avance posterior en comprensión.
Esta breve reseña nos permite ubicarnos en la mónada humana, que es el punto en el cual se desarrolla la conciencia individual, y donde surgen los espejismos y las ilusiones asociadas a los procesos de desarrollo de los principios ASTRAL y MENTAL del ser humano, es decir, al surgimiento de la ‘psiquis’ y todo lo relacionado a sus procesos de transformación durante la evolución.
El hombre es en realidad, La Mónada misma, que habiendo adquirido cierta autoconsciencia individual, recorre el sendero que la vinculará, en las cumbres del progreso, a la Vida Universal, pero en forma “consciente”, y en pleno dominio de sus facultades adquiridas en los mundos materiales.
Tal desarrollo va, desde la vida precaria y poco autoconsciente del hombre primitivo, hasta la expresión del Adepto, el hombre iluminado y en el cenit de su desarrollo (en lo que atañe a las posibilidades que la etapa humana permite).
En la franja intermedia de la evolución monádica humana, que va, como dijimos, del hombre primitivo al hombre iluminado, existe un ‘proceso iniciático’ que el alma humana deberá ir atravesando llegado su momento, que sería como los ‘escalones’ que el hombre debe subir, uno a uno, para llegar desde “la base”, el inicio de la evolución como hombre pensante, hasta “la cumbre”, el fin de la evolución como hombre liberado.
Este proceso iniciático, semejante a escalones en la gran escala evolutiva, procede por niveles de conciencia, y a cada uno de esos niveles de conciencia se accede a través de “pruebas de vida”: experiencias vitales eslabonadas que van revelando cada vez, un nuevo estadio de comprensión, una nueva forma de ver, sentir, y vivir la vida.
A cada nivel iniciático corresponde un cambio real en la vida del ser humano. Esos cambios ocurren a nivel energético en primer lugar, ocurriendo polarizaciones y tensiones distintas en el esquema de chakras del ser humano, lo que da por resultado cambios a nivel sentir, pensar y ser. Los procesos son continuos y las características y cualidades que se desarrollan en cada ‘escalón’ de conciencia son claras para el iniciado avanzado, aunque habitualmente confunden al estudiante.
En el transcurso de anteriores transmisiones se relacionó a las primeras cuatro iniciaciones con modificaciones y procesos en los principios del hombre: el astral, el mental, y el despertar del principio búdico como conciencia. Se señaló ciertas correspondencias entre las etapas de desarrollo de tales principios y las iniciaciones. Se explicó que el proceso de desarrollo iniciático está vinculado al despertar de “materia consciente” en cada subplano de los planos astral, mental y búdico de dichos principios constitutivos de la naturaleza humana, (que forman parte del gran plano físico-cósmico). De manera que, tales principios, en sus inicios ‘vacíos’ de toda materia vitalizada con “conciencia”, se transformasen a través de las experiencias, en “vehículos” o “cuerpos” para la expresión de la Vida espiritual.
Recordamos que cada ‘principio’ de la constitución humana, al ser regenerados energéticamente a través de la evolución con el elemento ‘conciencia’, se transforman en ‘vehículos’ o ‘cuerpos’, los cuales pueden entonces recibir y vehiculizar con mayor transparencia y eficacia la voluntad del Logos a través de la mónada, y los designios del Alma.
Ahora bien, este progreso, como podrá verse, es gradual, y representa una gran transformación de la psiquis del hombre, ya que la psiquis humana está conformada por materia astral, mental y álmica (nombre que representa la mente superior y Buddhi); por lo tanto todo progreso evolutivo a través de las sucesivas iniciaciones se dan en el campo psicológico, y pueden ser estudiadas y entendidas como transformaciones y revoluciones psicológicas.
A medida que el hombre atraviesa los procesos intermedios de la evolución humana, va ocurriendo un doble proceso:

1- Se va desplegando el Loto Egoico (“la flor de loto del alma”). Es decir que el Cuerpo Causal se va desarrollando con su elemento principal para la construcción: “la comprensión”. Este nuevo “cuerpo” (en el mental superior), se construye con las “esencias”, es decir, con lo mejor y más verdadero que recoge de la vida de experiencias en el mundo formal. Las esencias y la “síntesis” de comprensión son los “ladrillos” con los que se edifica este nuevo Cuerpo, con materia mental superior.

2- Se va creando, con el resabio de las experiencias, un ente elemental que es al cual los antiguos han llamado “habitante o morador del umbral”. Este ente o egregor es el resultado de todo lo bajo y denso del ser humano; es el cúmulo de vibraciones inferiores que el hombre generó en su vida, encarnación tras encarnación. Esta entidad es el resultado del error y el ‘pecado’ (entendido como toda ilusión que separa de la unidad de la vida). Todo este proceso ha sido necesario por que del largo camino sinuoso del error, han podido nacer las comprensiones tan necesarias para el alma.

Así pues, mientras que el Cuerpo Causal o Loto Egoico se forma y despliega con el fruto más elevado de la vida del hombre, la comprensión y la sabiduría; el habitante del umbral, es el cúmulo de los más bajo y denso generado durante sus encarnaciones.
Podríamos decir que, durante la evolución, el hombre va generando su propio “ángel” y su propio “demonio”, es decir, su Cuerpo Causal desarrollado (y más tarde su “Cuerpo de Luz”), y su morador del umbral.
Ahora bien: En las etapas iniciales de la evolución, cuando el hombre aún no ha entrado en “el Sendero”, el Cuerpo Causal está muy poco desarrollado, como si fuera una flor apenas comenzando a desplegar sus primeros pétalos, mientras que muchos pétalos permanecen cerrados en capullo todavía hasta que vibraciones de comprensión provenientes del mundo de la personalidad humana los hagan vibrar y desplegarse. En estas etapas iniciales, plagadas de experiencias de placer-dolor y de conflictos permanentes, va tomando forma y ‘vida’ el yo psicológico básico del hombre; adquiriendo forma y sentido el “yo” y “lo mío”, hasta alcanzar elevadas proporciones de violencia y descontrol. El resabio vibracional de tal condición psicológica de ego-ismo y ego-centrismo es la raíz de la separatividad, lo cual es el productor de la rueda de karma y reencarnaciones.
Este centro ilusorio o yoidad personal que se siente y experimenta separado del resto del mundo, tendrá transformaciones a medida que la evolución del hombre prosigue su marcha, pasando de ser un ego burdo y pasional, a ser un ego intelectual, y luego un ego religioso o espiritual, pero ego al fin. (Aclaramos que hablar de “ego espiritual” es un contrasentido…, como se comprenderá).
La sensación de ser un “yo” va cambiando de polaridad y plano según el desarrollo del peregrino. Mientras en la primera etapa la identificación está en lo físico y en los apegos materiales y posteriormente en el apego afectivo y emocional, en una siguiente etapa la conciencia se polariza más en al plano mental, pasando el peregrino a identificar su “yo” más con sus ideas, pensamientos y creencias. Si bien aquí, el ‘yo’ intelectual ha avanzado respecto del ‘yo’ casi animal del hombre primitivo, aún en las ideologías e ideales aparentemente más “elevados” o espirituales, la separatividad puede estar presente, por apego. Por lo tanto, debe llegar la etapa, y llegará, en la cual este centro ilusorio del “yo”, irá siendo alquimizado, paso a paso, hasta alcanzar la liberación de la esclavitud al sentimiento de separatividad.
Todo el proceso por el cual se llega a tal Liberación final es el camino iniciático, el cual es estudiado en los círculos esotéricos.
Al principio del peregrinaje de la mónada por la evolución humana, no hay diferencias entre el ser humano y el habitante del umbral, ya que todas las bajezas y errores forman parte, en esta etapa, de su misma ‘identidad’; es decir que el hombre es uno con cada sentimiento, pensamiento o acto pecaminoso o cruel; es él mismo el protagonista. Pero cuando el hombre empieza a vivir las primeras etapas del proceso iniciático, entra por un camino de descubrimiento de ideas y principios éticos universales por los cuales vivir, que dan nueva dirección y sentido a su vida personal, por lo cual va desechando las viejas conductas de egoísmo y separatividad. Pero cuando intenta transitar este nuevo camino, ve que en su misma naturaleza psicológica aún viven las tendencias de hábitos añejos que tienden a separarlo de sus ideales. Es aquí, justamente, donde comienza verdaderamente el conflicto interno entre “lo que debo y no debo”, entre “lo bueno y lo malo”, etc.
Este conflicto interior presente revela la condición interna del alma, que al menos, ya ha pisado el Sendero hacia la primera iniciación; aunque tal conflicto psicológico perdurará (aunque con variantes notorias) hasta la tercera iniciación y umbrales de la cuarta, tras la cual el conflicto psicológico entre bien y mal, desaparecerá.
Es justamente en este período, el de la 4° iniciación, donde todas las vibraciones densas y cristalizadas que se manifestaron durante las experiencias del alma en la materia, en sucesivas encarnaciones, deben ser desvitalizadas y finalmente consumidas. Esas innumerables vibraciones densas que fueron alimentadas durante las reencarnaciones sucesivas, son las que dieron origen alhabitante del umbral, que no es ni más ni menos que las creaciones humanas de las cuales el hombre se debe hacer cargo en un momento de su evolución.
Así como al Cuerpo Causal llegan las vibraciones de luz de la comprensión que el hombre va adquiriendo, el proceso de formación de ese depósito de Luz va dejando tras de sí, una “sombra”, como residuo de las experiencias, y tal sombra es el cuerpo de deseos al cual eventualmente el hombre deberá enfrentar como un ente o ‘habitante’ que se interpone en su Sendero hacia la Liberación. Tal Liberación interna supone e implica la disolución del deseo, la posesividad y la ignorancia, es decir, la destrucción final del habitante del umbral.
Este “habitante” oculto pero muy activo en el interior del hombre, es en realidad kama-manas, es decir, deseo y mente fusionados como una sola entidad que ha adquirido tal fuerza que se puede llegar a considerar como un ente separado de la voluntad superior del hombre. El kama-manas es el ilusorio yo inferior, formado por todas las tendencias y grados vibracionales inferiores.
Como se explicó, en las primeras etapas evolutivas el hombre mismo es kama-manas, él es su deseo…, pero después del paso de ciertos procesos iniciáticos evolutivos, el hombre logra “separarse” de sus deseos (si se puede expresar así), a través de su adhesión a ideales y principios más elevados; es decir que ha cambiado notoriamente el foco de su identificación. Esto lo conduce a través de una lucha interior entre las energías de sus bajas pasiones e intereses, y el impulso de “la voz de su conciencia”, que ha comenzado a hacerse sentir.
Todo esto trata en realidad del cambio vibracional de la conciencia. Una forma de conciencia está muriendo, mientras que otro de mayor nivel vibratorio está naciendo.
El momento del Armagedón interno finaliza con el fin de esta lucha entre vibraciones, en la cual el hombre se enfrenta a su propio morador del umbral. Pero entonces ocurre que ya no lucha más…, sino que lo acepta, por verlo como su propia sombra. Puede entonces ver en su miseria a la miseria humana, y se compadece de su propia sombra y de la humanidad.
Así…, durante este encuentro con su propio “habitante” y la aceptación del mismo, con compasión y sin resistencia, llega a su fin la lucha, por que el Amor ha vencido, y se cumple lo que el Nazareno dejó hace dos milenios como enseñanza poco comprendida:
“Ama a tu enemigo…”
Ese amor es el fin del conflicto.
El “umbral” es el límite entre el plano de la mente y Buddhi. Nadie que no ame a “su enemigo”, es decir, que no acepte a su propia sombra, puede superar el aspecto conflictivo y dual de la mente psicológica.
La aceptación y la no resistencia es la llave que abre la puerta a la Conciencia búdica.
El morador del umbral puede adquirir diversas formas etéricas, y plasmarse como purga y enfermedad, y puede incluso aparecerse a ‘su creador’ como fantasma con horrendos rostros, tal cual los íncubos y súcubos de las leyendas; pero no es más que el rostro del paso del tiempo evolutivo plagado de dificultad, dolor, e ignorancia, por el cual el alma humana ha tenido que ‘viajar’ estación tras estación…
Cuando esto es comprendido, todo miedo cesa, y el amor vence.
Que la Paz del Aura de la Jerarquía nutra vuestras almas.

Instructor Solar.


jueves, 20 de octubre de 2016

Espejos de Luz, Paz y Amor





“ El Sol pulsa radiaciones de Paz,
El Sol pulsa radiaciones de Luz,
El Sol pulsa radiaciones de Amor Divino.
Desde el corazón del Sol, como Ángeles en vuelo,
descienden “Lenguas de Fuego” a la Tierra.
Estas emanaciones portan frecuencias de un Nuevo Tiempo,
de una Nueva Conciencia, de un Nuevo Hombre.
¡Benditas las almas que pueden integrar e irradiar esta ‘Presencia’! ”.


Meditad en estas frases; dejad que resuenen como mantras en vuestra interioridad. Aquietando vuestros parloteos mentales podréis sentir el eco resonante de estas verdades en vuestra conciencia.
Al entrar en meditación, es decir, en el silencio y palpitante vibración de“La Presencia de la Vida” que os compenetra más allá de los circuitos de las hondas mentales movidas por emociones y deseos pasajeros; al entrar en la Vibración de La PRESENCIA UNIVERSAL sentiréis la Paz, la Luz y el Amor que manan como un Manantial desde una Fuente Solar inagotable.
La meditación será vuestra manera de comprobación y certeza, ya que la meditación hace que los ‘dichos’, relatos místicos y conocimientos esotéricos se tornen ‘experiencias vívidas’, reales y tangibles.
El lugar del CONOCIMIENTO es de “señalación”; es como ‘un mapa’ que os muestra el camino interno a recorrer y os da confianza y os anima a transitarlo; y la meditación es el tránsito real por el Sendero.
El peregrino comienza el camino de la vida consciente evolutiva a través de la Luz del Conocimiento, observando el camino a recorrer en “el mapa del Conocimiento”. Pero llega un instante en la vida del alma en el cual el peregrino ya no se conforma con “el reflejo” del Sendero en el mapa del conocimiento, sino que siente la necesidad de transitarlo con sus propios pies, descubriendo, experimentando la Verdad por sí mismo. Entonces relega la intelectualidad pura a un segundo plano (sin descartarla) y comienza a “observar” y a “sentir” los movimientos externos e internos de la Vida, hasta que descubre y ve que entre ‘lo externo’ y ‘lo interno’ no hay separación, son el ‘anverso’ y el ‘reverso’ de una misma cosa… Comienza así el largo y encumbrado camino de “des-ilusión” que conduce a la mente desde la condición de separatividad al estado de unidad.
El CONOCIMIENTO es fuente de Vida y esperanza para las almas sin rumbo, para todas aquellas mónadas peregrinas que en sus “envases álmicos humanos” transitan el nivel de experiencia material, teniendo que vagar por caminos de error, confusión y oscuridad, antes de encontrar algo más seguro en donde poder reposar…
Después de un largo peregrinar por la vida material, encarnación tras encarnación, experimentando el placer y el dolor, las mónadas peregrinas en sus “burbujas álmicas” encuentran el Oasis del GÑANA, “El Conocimiento”, al cual ya no abandonarán jamás mientras dure la Instrucción interna. Este período álmico es el “probatorio”, antes de entrar en el extenso Sendero Iniciático; y la Iniciación de la Conciencia comienza cuando la “Instrucción Interna” ha llegado a cierto nivel que produce por atracción magnética, y según la necesidad álmica evolutiva, “LAS PRUEBAS”.
Cuando las Pruebas Iniciáticas comienzan se puede afirmar que el alma ha puesto firmemente sus pies en el Sendero de la evolución consciente; y en cada avance sale el peregrino cada vez más de los caminos oscuros de la materia, es decir, del aprendizaje inconsciente por el dolor. Esto no significa que el dolor desaparece por completo, pero se alquimiza y se sublima, según el nivel de CONCIENCIA CONSCIENTE que el alma va conquistando.
Todo esto es un proceso energético, y el percibirlo es MEDITACIÓN. Se observará que aquí no se está hablando de “técnicas de meditación”, que las hay muchas y muy variadas, sino de una Meditación Única que se desprende naturalmente del proceso álmico iniciático.
Esta Meditación no es buscada, “practicada”, no es un “método” o “práctica” especial o particular, sino un estado consciente-reflexivo y muy dinámico, de constante aprendizaje, que mana del alma.
Esta es la verdadera MEDITACIÓN, donde no hay lugar para el “deseo de ser”, para la “ambición de logros” y metas espirituales y metafísicas…, todo lo cual, en el fondo, es energía del ego inferior o yo psicológico.
No estamos echando por tierra a las múltiples técnicas de meditación que existen en el mundo humano, sino mostrando que, aunque pueden se útiles y necesarias en una parte del Sendero de la Conciencia, tarde o temprano revelan su condición de “insuficientes” para el individuo, ya que las técnicas no pueden dar la Sabiduría. “La Luz de la Sabiduría manará del alma por sí misma cuando el Manantial Interno se haya llenado, y el ‘Agua’ pueda entonces fluir sin barreras”.
Quien conoce las líneas del conocimiento esotérico sabrá muy bien de lo que estamos hablando: “Solo cuando el Cuerpo Causal (Burbuja álmica, Flor álmica o Loto Egoico) se ha llenado de Comprensión, puede el ‘Agua de Vida’ (Sabiduría) fluir, y la Flor de la Vida en el corazón de la Burbuja, emanar sus aromas (Amor).
Hasta que tal proceso de maduración del alma humana no llegue a cierto punto de progreso, de poco le servirá seguir técnicas de meditación desde la concentración mental, ya que todo ello pertenece a lo exotérico, y porque la verdadera meditación es esotérica, y llega como emanación de la Mónada y el Alma hacia la región de la Personalidad.
Cuando esto es debidamente entendido, la actitud del estudiante con la Meditación va cambiando, gracias al “conocimiento” interno.
“El corazón del Sol pulsa radiaciones de Paz, pulsa radiaciones de Luz, pulsa radiaciones de Amor…”, dijimos al principio de este contacto; y estas palabras son manifestadas como “indicadores” de una verdad que cada estudiante deberá reconocer por sí mismo, aprendiendo a aquietar las energías de sus vehículos inferiores, para poder así “percibir”, “sentir” e “intuir”. La contemplación directa de esta verdad es MEDITACIÓN.
Compruebe cada estudiante la verdad que emitimos en palabras y frases con su propia experiencia. Al hacerlo, en “espejos” de esa PAZ, de esa LUZ, y de ese AMOR os convertiréis.
Pax Cristi
Instructores Internos