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jueves, 7 de septiembre de 2017

Los Siete Grandes Sonidos Creadores

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Recurriendo esotéricamente a los significativos textos de los antiquísimos libros sagrados de las grandes religiones de la humanidad, cunas de la verdadera sabiduría, hallamos estas curiosas y al propio tiempo trascendentales afirmaciones con respecto a la Creación del Universo, que es una expresión total de la Magia suprema del Creador. En unos himnos védicos de la más lejana antigüedad se halla escrito: “... El Supremo RISHI habló y llenó de mundos el Universo...” Otros viejísimos poemas orientales expresan la idea mágica de la Creación de la siguiente manera: “El Triple Canto del Gran Señor, el A.U.M., y la Cuádruple respuesta del Espacio produjeron todas las Formas del Universo”. En ambas afirmaciones, como ustedes podrán observar, se menciona aquello que en el más puro tecnicismo podríamos definir como “el Poder de la Palabra” o “la Gracia Infinita del Verbo”. Siguiendo con la analogía podríamos decir que el triple Canto, A.U.M., tiene su adecuada réplica en el Mandato bíblico “HÁGASE LA LUZ” con respecto a la Creación del Universo. Partiendo de esta conocida frase bíblica podríamos imaginar que “la Cuádruple Respuesta del Espacio” a la cual hacen referencia los poemas orientales podrían tener su relación con la fórmula sacramental del Evangelio “HÁGASE SEÑOR TU VOLUNTAD”, que entonces adoptaría un sentido creador o mágico y no solamente místico, tal como hasta aquí fue considerada con referencia a la vida de Cristo. El conjunto de las SIETE PALABRAS entrañando la Voluntad de Dios, “HÁGASE LA LUZ”, y de Cumplimiento Universal de parte de la Naturaleza, “HÁGASE SEÑOR TU VOLUNTAD”, encubren el Misterio de la Creación de nuestro Universo septenario y podríamos decir -siempre de acuerdo con la analogía hermética”, que cada una de estas Siete Palabras constituye un formidable MÁNTRAM, o SONIDO CREADOR, destinado a llenar de determinadas Formas el entero campo del Universo. Surgen así, en una vastísima e impresionante panorámica abierta al investigador esotérico: - Los Siete Días de la Creación - Los Siete Planos del Universo - Las Siete Corrientes de Vida, llamadas técnicamente RAYOS - Los Siete Espíritus Planetarios ante el Trono de Dios - Los Siete Planetas Sagrados - Los Siete Esquemas de la Evolución Solar - Las Siete Cadenas Terrestres de las Evoluciones planetarias. - Las Siete Rondas planetarias o Ciclos de Encarnación de los Logos de cada uno de los Planetas del Sistema Solar - Los Siete Reinos de la Naturaleza, de los cuales sólo conocemos cinco - Las Siete Razas Humanas, con sus correspondientes Subrazas - Los Siete Tipos Psicológicos Humanos - Los Siete Centros etéricos de energía, llamados técnicamente “Chacras” - Las Siete Glándulas Endocrinas, de las que se ocupa muy seriamente la Medicina Moderna. - Las Siete Notas Fundamentales de la Música, expresiones físicas de los Grandes Sonidos Cósmicos - Los Siete Colores del Arco Iris o del Espectro solar..., etc., etc. Tales relaciones se nos harían realmente interminables, pero algunas de las significativas ideas que hemos mencionado, constituirán la base de futuras conversaciones.Ahora bien, utilizando de nuevo el sentido de la analogía vemos que el sentido de la Magia tiene que ver con la “pronunciación de determinados sonidos o MANTRAMS”, destinados a promover ciertas reacciones en el Espacio, siendo tales reacciones de carácter dévico o angélico y basadas en la conocida sentencia esotérica “...El Espacio es una Entidad”, la cual puede explicar el sentido íntimo de las aparentemente enigmáticas palabras, anteriormente mencionadas, de “...la cuádruple respuesta del Espacio”, debiendo entender que esta cuádruple respuesta tendrá que ver lógicamente con el origen cuaternario de la constitución física del Universo y con los cuatro elementos que la integran: la tierra, el agua, el fuego y el aire, los cuales son emanaciones del éter del Espacio que los cualifica y sintetiza y seguramente también con el cuaternario humano: la mente concreta, el cuerpo astral, el vehículo etérico y el cuerpo físico denso, ya que desde el ángulo esotérico este cuádruple mecanismo pertenece al aspecto material de la Naturaleza, siendo por tanto “unas respuestas del Espacio a la voluntad humana de Ser y de Realizar”. Así, el aspecto mágico de la Creación es el resultado de una orden concreta del Creador a las inmensidades del Espacio, una orden llena de significativas ideas las cuales, “objetivizadas por los Moradores del Espacio”, o de “los Hijos del Espacio”, tal como denominan ciertos antiguos textos esotéricos a las fuerzas dévicas de la Naturaleza, se convierten en formas materiales de todos los tipos de densidad posibles y destinadas a ser tabernáculos o contenedoras de las infinitas cualidades de la Divinidad en incesante proceso de expansión cíclica. Este aspecto mágico de la Naturaleza no ha sido quizás todavía interpretado en términos de “Creación de Formas” sino que fue explicado siempre de acuerdo con las tradiciones y supersticiones del pasado que les asignaron a los “espíritus de la Naturaleza” -técnicamente descritos en nuestros estudios esotéricos como “Ángeles o Devas”- un carácter misterioso y oculto, solamente al alcance de los sabios alquimistas o al de aquellos raros conocedores de las leyes que rigen la Naturaleza a quienes con mayor o con menor acierto les fue adjudicado el nombre de MAGOS, es decir, de “intérpretes de la Ley y Hacedores de su Justicia”, tal como rezan antiquísimos poemas místicos. Pero, esta afirmación de “Hacedores de su Justicia”, es sólo un aspecto unilateral dentro del concepto de la MAGIA, habida cuenta de que existen dos interpretaciones totalmente distintas de la misma: la TEURGIA, o Magia Blanca, y la GOECIA, su expresión incorrecta o Magia Negra. La MAGIA, como sistema de Creación tiene un solo sentido: la substanciación de las ideas y su conversión en formas, pero en su aspecto intencional tiene una doble motivación, la expresión correcta y adecuada de acuerdo con las sagradas leyes de la fraternidad, que expresan el verdadero sentido de la evolución, y la inadecuada o incorrecta que depende de la desvirtualización del principio de fraternidad y obedece a aquellos extraños y desconocidos móviles -subyacentes en la vida íntima de la Naturaleza- que degeneran en el principio de egoísmo que crea todo posible centro de conflictividad en el Universo, en el planeta y en el hombre… Ocultamente se nos habla de la existencia de un “Mal Cósmico”, sabiamente organizado, que al parecer produce las semillas de todas las posibles perturbaciones en el orden universal y planetario y determina lo que podríamos calificar de “un mal karma en la vida de la Naturaleza” o en la del ambiente social humano. No nos detendremos, sin embargo, en el examen de las causas que producen el Mal cósmico, con la teoría mística de ‘‘los Ángeles caídos’’ o de las actividades mágicas incorrectas, sino que nos interesa fundamentalmente captar los principios científicos -si podemos decirlo así- de la MAGIA BLANCA y considerar a nuestro LOGOS SOLAR como el Mago Supremo del Universo, perfecto en todas y cada una de Sus expresiones, así como a SANAT KUMARA, nuestro Logos Planetario, como el Mago Supremo de nuestro planeta, henchido solamente de las altas cualidades de Bien ya que, desde el ángulo de vista humano y aún de los grandes Adeptos, sólo cualidades, virtudes y perfecciones son perceptibles en las esplendentes Vidas de los Logos Creadores.

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